viernes, 27 de febrero de 2015

Incierto

Caminar con los ojos cerrados, adivinando el camino, sintiendo el peso de abismos infinitos penetrando por los poros.  Así transcurren los instantes.  Desvelos inapropiados  de ojos que se marchitan.  Pensamientos desvanecidos que atacan las profundidades hasta quedar atascados en las ramas de un desaire.  Y allí, inerte y atontada, imaginando las respuestas que no llegan del cielo, espero que la frágil mente comience por fin a descubrir las certezas de los pasos, los que se dieron y los que no se han dado.
Mientras tanto todo es incierto, todo se queda en instantes que rebosan sólo de vida, sólo de pensamientos que no son nada.
¿Quién habló de planes, dónde están los planes?  Si es que todo se fuga, la incertidumbre se entierra y vuelve a nacer, la aparto y rebota, como si no existieran más puentes, como si los remolinos se antojaran de buscar sólo mi espacio, carentes de  caminos, revoloteando lo que miro, lo que quiero ordenar y se me escapa.  Allí se quedan, haciendo honda la incertidumbre de los pasos sobre cuerdas templadas. 
Y todo se ve tan incierto, tan desordenado…
Y me trago los suspiros, se atoran en la garganta que a la vez quiere gritar para que vengan en su auxilio.
Incierto es el camino que comienza sin destino, sin promesas, sin espacios para cantar y bailar.  Incierta es la mirada desencajada, que se queda en los bordes de los espacios marrones que desesperan el verdor de los restos andantes de pasos atascados.
Y miro y descubro montones de ojos inciertos que buscan lo que ya no está, lo que se quema en los disturbios atrevidos de los pensamientos retorcidos.
Y tú, ¿dónde estás? ¿Acaso quieres adivinar lo que voy a mirar para adelantarte y adornar sus espacios? Que no quiero eso, que no sé lo que quiero.
Si no sabes de qué hablo tampoco busques las respuestas.  Incierto también es tu pensamiento, que se cruza con el mío. ¿O crees que la incertidumbre sólo a mí me persigue?
Como en laberintos torpes y ahuecados vamos buscando la salida.  Me dices que no me asuste, y ¿es que te parece poco tener que pensar y elegir un camino, estando en el abismo de lo incierto?  La mente se bloquea, no encuentra lugar estable.
Y en lo incierto voy dudando si te vas o si te quedas, si hay espacio para un baile, si hay lugar para un encuentro, o si todo lo que resulta ajeno de repente se apropia de un sendero.  Y allí, con los temores a cuestas superando interrogantes doy un paso adelante y miro si lo incierto aún me sigue persiguiendo.

En mi mano mis bastones, mis apoyos de siempre.  En mi mente los amores, los suspiros.  Y en mi corazón, el tiempo que ya ha pasado y el incierto que viene anunciando que me llene de valor y que camine,  que si ya he caminado bastante y con tropiezos he surgido, que no le tema al destino, que lo incierto va pasando.

1 comentario:

  1. Mientras vamos en pos de lo incierto, perdemos lo seguro, pero a veces no podemos deshacernos de lo titubeante. Como siempre bonita reflexión.

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