domingo, 8 de febrero de 2015

Pasión Delirante

A veces te extraño en las noches, cuando el silencio se desborda y la mente busca los recuerdos.  Tanta oscuridad aturde la soledad.  Pero pienso que estarás al amanecer y me quedo tranquila. La noche no me apaga.  En las mañanas sé que estarás, siempre bien puesto, aunque a veces te escondas y luego te asomes.
Tu calor me acompaña, mi cuerpo hace la sombra. Te posas sobre mí buscando mi piel.  Yo me escondo.  A veces eres tan fuerte que tu rudeza me hace escapar de ti.  Me gustas más suave, pero tu naturaleza es así, ardiente y lleno de fuerza.  Tu energía es vida.  Se propaga y genera alegría.  Tan distante y a la vez tan cerca.  Calor divino, luz incomparable.  Los colores vibran ante ti.  Ese rojo intenso del amanecer baila a tu alrededor, desnudándose a través del naranja, el amarillo, hasta llegar al simple brillante, ése que sólo veo en los ojos que imagino.
Pasas el día allí, pareces inerte, tu caminar es casi imperceptible, si no fuera por tu intensidad que cambia y te descubre.  Me das cobijo, animas a todos a salir. Te siento sin mirarte, tu calor me acompaña. Y vuelve a llegar la noche y te vuelvo a extrañar.  Siempre te vas, lento y callado.  Entonces la noche empuja el último rayo mientras sigue la calma.
Espero que ella aparezca y la veo que sonríe, a veces discreta, a veces tan pronunciada, siempre tan radiante.  Pero sé que hay noches en las que ni tú ni ella se dejan ver.  ¿Dónde se esconden? La curiosidad quiebra mi tranquilidad, mi sueño se pone sus alas y se va y me deja despierta con mi mente agobiada y mi tristeza aterrada.
¿Será que tienen encuentros más allá de lo que mi mente acepta? ¿Será que han descubierto que hay noches mimosas que comienzan con un guiño y terminan en anhelos de un amar desesperado?
Mi inquietud se vuelve viciosa, mis angustias se tornan hostiles y no puedo pensar en otra cosa.
Si la veo está sola.  Si te veo estás solo. ¿Dónde están cuando no los veo?
¿Es que acaso se esconden de mis ojos para que mi presencia no los enturbie?  No puedo evitar buscarlos en mi tormentosa soledad.  Pero cuando ella está, aunque te hayas ido, el saber que no está contigo da tranquilidad a mis deseos eufóricos de saberte posible, de soñarte conmigo. La veo y respiro, luce tan radiante.  Sé que no está contigo.  Espero que amanezca de nuevo para volver a verte, y por fin, lejos de ella, te disfruto para mí.
Pero seguramente, en esas noches oscuras ella se escapa para verse contigo.  Y es que es tan bonita, tan blanca, rodeada de estrellas.  Y yo, desesperada y celosa pensando que la quieres más a ella. 
Ya no sé si te tengo. Pero te sigo esperando cada amanecer, para sentirte, respirarte, sentirme acompañada y tibia. Iluminada y placentera. Como ella, seguramente también la haces sentir así.
No puedo hacer otra cosa. Debo esperar tranquila. El tiempo va dejando que la calma devuelva la sensatez a mis sentidos.  Y así, sumergida en la calma dejo pasar los días, pensando en tu regreso, pensando en tu partida.  Y tú sigues en tu transitar cotidiano, siempre tan puntual, siempre tan brillante, siempre tan radiante.  Y ella, en su ir y venir cambiante y nocturno, a veces creciente, a veces menguante.

Sol y Luna en un disparatado escenario de pasión delirante que le roba la cordura a mi imaginación.

1 comentario:

  1. Consigue transmitir la pasión que pones en tu escribir al lector, tienes un cofre de adjetivos y con destreza extraes los sinónimos y antónimos , me sorprende la manera de dirigirlos, como si tuvieras una varita mágica, has conseguido que exista una armonía y afinidad entre ellos, viven juntos, son dichosos y felices, consigues que la alegría y la tristeza, el amor y el odio, el cariño y la enemistad, se pasean abrazados por los párrafos de tu redacción, igual que en el patio de un colegio, los niños están sentados nerviosos e inquietos, esperando que el que los dirige los mande a jugar y los que juegan, intranquilos y preocupados porque los van a cambiar, no obstante, se sienten felices y afortunados de aportar y contribuir a tu discurrir. Como siempre, bonita reflexión.

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