Descubrir de
repente que todo es así, que las cosas son, que el mundo está allí, que las
conductas persisten. Todo porque sí,
porque la mente así lo vio, así lo aprendió y así lo estableció. Porque antes era, ahora sigue siendo. Porque un día un sí, condicionó un siempre;
porque otro día un no, condicionó un jamás.
Simple inercia que pasa de un escalón a otro. Paradigmas en la mente que opacan cualquier
astuta intención de escapar a una razón sin razón. Sólo porque sí, sólo porque siempre fue así.
Comportamientos que esperan un sí de un
público sentado en el balcón del observante, aplaudiendo maneras y estilos, o
bufándose de los no aceptados.
Sociedades en
proceso que siempre van cambiando, mientras se rompen los esquemas y se
organiza el nuevo paradigma.
Y se retuercen
las medidas y el juez de la bondad y la maldad, que silente escribe las
doctrinas, se convierte en humo negro y blanco que se destiñe y desaparece.
Dónde está el que todo lo sabe y todo lo organiza. Dónde están los planos para organizar los
ladrillos y clasificar los correctos y bondadosos y separarlos de los
incorrectos y malvados. Lo positivo y lo
negativo enredados en el mismo tronco y con las mismas raíces.
Querer saltar
los duros barrotes que separan esa razón patentada en un papel de agua, y
alcanzar la libertad. Quizás existan más
razones que superan los porqués ya oxidados, cargados de mentiras que se
protegen unas con otras queriendo justificar el siempre, el porque sí, o el
porque no.
Romper el
paradigma y atreverse a ir más allá. Enfrentarse
a las frases acostumbradas, a las maneras, al manual de normas y de
comportamientos y caminar al revés, sin dejarse llevar por la corriente donde
todos van y remar en contra, rompiendo esquemas, quebrando las conciencias.
¿Por qué no?, ¿acaso
no lo has pensado alguna vez? Si es la razón de la evolución, de los
cambios. Hasta la mente necesita superar
barreras, porque colapsa de tanto sentirse atada a un siempre, a veces tan
aburrido y obstinado.
Hoy quiero
saltar los muros derrotados del cansancio y la repetición. Hoy quiero bailar en
lugar de caminar y quiero reírme de mis errores y tonterías. Hoy quiero acostarme en la arena sin contar
las horas y mirar el cielo y ver pasar las nubes y llegar tarde a mi cita y
cantar aunque mi voz no suene y probar una máscara con cada persona que me
encuentre. Quiero desordenar mis
espacios y dar paso a nuevas entradas, mover las reliquias y encontrar espacio
a las contradicciones. Quiero romper mis propios paradigmas y dar un salto al
vacío estrenando una nueva sonrisa y llenar de placer mi espíritu, a veces tan
encajado en paradigmas anticuados…
…Porque un no
también puede ser un sí y un sí también puede ser un jamás…
Tú lo dices: romper el paradigma es atreverse ir más allá. Sabes que tienes unas reglas, pero están condicionadas al tiempo, a la sociedad y a las pautas divinas. Te debes llenar de valor porque no podrás retroceder y pocos te perdonaran tu nuevo prototipo. Como siempre bonita reflexión.
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