sábado, 30 de abril de 2016

Silencio en el vacío... o vacío en el silencio...


El silencio se hizo canción y todos la cantaron sin saber que era la canción del adiós.   Y se fue a otro lugar, mientras repetía sus versos y entonaba sus melodías sin saber que era su canción, era su despedida.

Se mudó a otro rincón y en alguna parte quedó sembrada su historia: la que dejó, la que cambió, la que olvidó contar.

Era ausencia y era presencia.  Era risa con lágrimas, era furia con ternura. Contradicción y locura. Ahora ya no se sabe qué es, nadie sabe dónde está.  Su mirada es otra, atraviesa los espacios sin penetrar en otros ojos.  ¿Sonríe?, ¿disfruta? Quién lo sabe ahora.

viernes, 22 de abril de 2016

Relato de un instante mojado

Fue tan rápido que aún no puedo entender cómo pensé tantas cosas. Estaba allí y todo transcurría normal.  Un simple movimiento lo cambiaría todo.  Yacer en el suelo, golpeada y desnuda, mojada, sin conocimiento, no es precisamente el momento que había esperado. Era de noche y estaba sola. Fue un instante, pero pensé tantas cosas mientras caía. Imaginé una ambulancia y yo desnuda, alguien reanimándome y mis cabellos destrozados. Un golpe en la cabeza puede acabar con todo, es que somos tan frágiles, somos nada.  Quise llorar y no pude, quise gritar y mi voz estaba guardada.  ¿Era verdad o era mentira? ¿Acaso no ven que estoy desnuda? No se lo digan a mi madre, ella cree que estoy bien. ¡Sáquenme de aquí, pero tápenme un poco! Que no soy nada: un trapo húmedo y desnudo, un nido de cabellos enredados y mojados.  Nadie sabe quién soy, sólo ven que estoy mojada, tirada, como un trapo viejo.  Por fin el agua fría me sacó de aquel delirio, mientras caía sobre mi cuerpo tumbado y desnudo.  Estaba en la ducha y un resbalón no anunciado se burlaba de mí.  Seguía viva, mojada y desnuda.

viernes, 8 de abril de 2016

Atracción eterna

Él estaba un poco rígido, intentaba relajarse y mantener lucidez en su charla.  Ella lo observaba mientras él hablaba.  Varias veces perdió el hilo a la exposición mientras intentaba llenarse de él desde la distancia, en medio de un público expectante.  Era su primera clase en la universidad y aquel profesor de presencia serena y desbordante de intelecto llamó de inmediato su atención.

jueves, 7 de abril de 2016

Saliendo de la tumba del miedo

Se cansó de tenerle miedo y de esconder tras sus cortinas las ganas de besar sólo porque sí, porque amanece, porque anochece, o porque la luna se fue a bailar. Se cansó de los cojines rotos soportando su espalda herida.  Se cansó de los sueños en blanco y negro, mientras su paleta de colores se opaca y se derrite en el fogón que a fuego lento va quemando su alegría.
Su sonrisa se hizo intermitente.
Se cansó del café amargo y sin azúcar, de las miradas huecas que traspasan los cuerpos y llegan a las paredes, mientras la invisibilidad arruga el corazón.
Se cansó de compartir con el sofá las lecturas de sus libros, de ser su propio anafre cuando desea quemar sus penas.
Se cansó de las manos vacías, de las tardes sin compañía, de las conversaciones a medias, de los desprecios a la hora del té, a la hora de empezar, a la hora de luchar, a la hora de llorar, a la hora de vivir.