sábado, 25 de noviembre de 2017

El rumor de un instante


Tal vez dejaste algo por el camino,
quizás fueron flores, quizás mil amores.
Tal vez olvidaste recoger algún abrazo,
quizás no sentiste, quizás te rendiste.
Tal vez no viste las luces,
ésas que brillaban desde sus ojos.
Tal vez pensaste que fue un enojo 
el que te hizo andar más de prisa.
Y sin querer decidiste, 
ya no sabes si por impulso o por pensar en su risa.
Quizás hubo calor,  tal vez sólo un poco de frío.
Creíste que soñabas y su mano tomaste.
Creíste que dormías y en sus labios despertaste.
Ya no hubo amor, fue más que eso.
Ya no hubo dolor, ni remordimiento, ni flores, ni enojos.  
Fue sólo un momento, sin olvido, sin luces,  sin prisas.
Fue sólo un beso, tal vez dos o tres.  
Bajo un árbol de cerezos que sembraste en sus ojos,
dejaste lo que olvidó el camino, 
da igual si con flores, luces o prisas,
da igual si con risas.
Tal vez fue así, tal vez no ocurrió.
Tal vez fue sólo un perfume
suave, ligero y penetrante
el que inspiró la imaginación
del rumor de un instante.