Tal vez dejaste algo por el
camino,
quizás
fueron flores, quizás mil amores.
Tal
vez olvidaste recoger algún abrazo,
quizás
no sentiste, quizás te rendiste.
Tal
vez no viste las luces,
ésas
que brillaban desde sus ojos.
Tal
vez pensaste que fue un enojo
el
que te hizo andar más de prisa.
Y
sin querer decidiste,
ya
no sabes si por impulso o por pensar en su risa.
Quizás
hubo calor, tal vez sólo un poco de frío.
Creíste
que soñabas y su mano tomaste.
Creíste
que dormías y en sus labios despertaste.
Ya
no hubo amor, fue más que eso.
Ya
no hubo dolor, ni remordimiento, ni flores, ni enojos.
Fue
sólo un momento, sin olvido, sin luces, sin prisas.
Fue
sólo un beso, tal vez dos o tres.
Bajo
un árbol de cerezos que sembraste en sus ojos,
dejaste
lo que olvidó el camino,
da
igual si con flores, luces o prisas,
da
igual si con risas.
Tal
vez fue así, tal vez no ocurrió.
Tal
vez fue sólo un perfume
suave, ligero y penetrante
el que inspiró la imaginación
del rumor de un instante.
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