Si supieras que estoy contenta y
que le cuento a mis paredes las locuras que imagino y no te digo. Si supieras que siento que amanece y en tu
mano encuentro el manojo de flores que nunca he recibido. ¿Sabrás acaso lo que aún no te he contado?
Debías imaginarlo. Yo en cambio lo imagino todo y las historias me
persiguen. Ya no puedo cerrar los
ojos. Están allí y se apoderan de todo. No estoy loca. Sólo veo lo que quiero y me río con mi
almohada. Ella sí sabe muchas cosas, se
las cuento en secreto, mientras las paredes se acercan tratando de escuchar. No te aflijas, ella es discreta, no como
tú. Por eso a ti no te lo digo. Mis paredes saben mucho y escuchan. Y mi
cama… todo lo que ella sabe… Creo que
sabe más de mí de lo que yo creo saber.
Mis sueños a veces se caen en ella, yo sé que los recoge y los
guarda. No se lo cuentes a nadie, dirán
que estoy loca. Pero no es así, sólo
estoy contenta por las flores que pusiste en mis manos. Mi cama lo sabe, en ella se quedaron los
pétalos más frágiles. Ella me recibe y
me acompaña, mi almohada me escucha y mis paredes no hablan. Ellas lo saben y saben que no estoy loca.
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