Contigo quería hablar. Sí, contigo, con quién más, no mires para los
lados. Tú, que me estás leyendo… ¿Que parezco loca? ¿Eso piensas? ¿Y entonces
qué haces tú leyendo a una loca? Déjame
decirte que los locos se leen entre sí y si tú me lees es porque antes yo he
leído lo que tú piensas, te he leído a ti.
Y si yo estoy loca y tú me lees, entonces aquí hay más de un loco. Comprenderás que tiene que haber algo más que
locura en mí para atreverme a estar aquí, contándote miles de cosas que se me
ocurren, como si estuvieras en disposición de enterarte de lo que yo
quiero. En realidad a veces no quiero y
a veces sí quiero. Ya sabes, cosas de
locos y de eso tú también sabes.
Lo que sí es cierto es que cada
vez que me dispongo a comunicarme contigo, intento imaginar tu vida. No puedo contarte sólo lo que yo pienso o
imagino, sería muy aburrido, porque además de loca, también soy un poco
aburrida. Entonces intento entrar en
contacto contigo. Tú también guardas aburrimiento, seguramente de la vida. Sin
embargo, de vez en cuando te logro atrapar y te ato a un instante de mi locura.
¿Que parezco un poco cuerda? Qué va. Eso era antes, la gente vive, siente,
observa, disfruta, sufre y se vuelve loca.
Como tú y como yo. No te sorprendas, ¿o es que a estas alturas de la
vida no estamos como para confesar lo que sea y decirlo como sea? Total, ya te lo conté una vez: la vida pasa,
¿te acuerdas? Y si no te acuerdas, no importa, igual pasa.
Quería además decirte que no siempre
estoy sola. Hay alguien que me envuelve
y siempre está cerca, se deja sentir.
Pero es diferente, es como inquietante, a veces me estremece. Su presencia es algo más que eso, como si me
robara la conciencia. ¿Te ha
pasado? Entonces dejo de ser yo, pero
miro en el espejo y pareciera que sigo allí, siento que me he ido mientras sigo
estando. Y a la vez siento que aún estando ya no estoy. Se parece a mí, por eso me confunde y me
lleva a pensar que aquí hay más de una y ninguna está muy cuerda.
De pronto soy aquélla,
cualquiera. Da igual, si al final el
objetivo se consigue. ¿Que quería
cautivarte? Siempre lo deseo, ¿o acaso no es evidente? Por eso vengo a colarme en este espacio,
buscando unas líneas para mí, no todas pueden ser de ella. ¿Qué quién soy? Es que no te das cuenta. La misma de otras veces, la que le gusta
robar, atrapar y juguetear, mientras te confundo y me confundes. ¿Ya te diste
cuenta?
Salgo de mi espejo, mejor no me
acerco a él. Vuelvo a mis líneas, las
que siempre fueron mías, las que disfruto cuando estoy sola. Y en medio de esta confusión me refugio en
esta locura sin cuerdas, sin ataduras.
Quizás es porque ya es tarde y el cansancio me arropa y en momentos así
otros deseos me atrapan. Ya no sé quién
soy, siento de nuevo su presencia, es tan inquieta. Mejor me voy.
Mientras aún sigo, me aferro a
sus líneas. Ella es fuerte y se va, no
quiere asustarte. Yo soy feliz y me
quedo, para dibujarte mi espacio, ése que imagino en mis delirios en los que la
locura y el sinsentido son mi mejor escape.
Aunque sigo estando, guardaré mis líneas y mis espacios. Dormiré en mis letras mientras te ahogas en
la confusión. Me iré a refugiar en el
espejo, porque quizás ya dije lo que tenía que decir…
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