Un diálogo al revés. O una estrategia divertida

- Sí, mi respuesta es sí.

- ¿De qué hablas? ¿Te he preguntado algo?

- No importa, te digo que sí

- ¿Estás bien?

- Estoy bien, sólo te digo que sí, ¿no entiendes?

- No mucho.

- Sólo pregúntame algo, ya sabes la respuesta.

- ¿Estás jugando?

- Sí.

- ¿Y quieres que yo juegue contigo?

- Sí, quiero. Siempre quiero jugar contigo.

- ¿Quieres que te haga preguntas?

- Las que quieras, ése es el juego.

- ¿Estás segura?

- Sí. Te digo que sí. Te he contestado antes de que preguntes.

- ¿Somos algo?

- Somos todo.

- ¿Y qué hacemos con este todo? ¿Acaso es real?

- Muy real, tanto como tú y yo.

- Pero sabes que no estaba en nuestros planes.

- El amor no está en los planes, simplemente existe, siempre ha estado.

- No sé qué hacer cuando te veo, sólo sé que quiero verte. ¿Tú quieres verme?

- Sí, siempre quiero verte. Mi imaginación a veces se agota de tanto pensarte.

- Me estremece tu respuesta. Este algo que es todo me da vida. Te has hecho parte de mi vida y sin darme cuenta siento que vivo por ti.  No sé si te conozco, es como si hubiera habido otras vidas y en alguna prometimos encontrarnos para continuar la historia, es la única explicación que puedo encontrar para amarte tanto.  Pero tengo miedo, ¿lo tienes tú?

- Mucho, no sé qué hacer. Sólo te digo que sí.

- Pero no he preguntado.

- Entonces pregunta, ya sabes la respuesta.

- Creo que soy muy simple y me confunde tu respuesta a lo que no he dicho.

- Dilo entonces.

- ¿Me quieres?

- Sí, te amo.

- ¿Quieres que seamos algo más que todo?

- Has tardado tanto en seguir mi juego que ahora me lo voy a pensar.  Tienes que convencerme. 

- Eres divertida, me atrapas en tu juego sin que me dé cuenta. Soy un tonto vergonzoso que de tanto vivir, parece que no he vivido, parece que he olvidado que la vida es divertida.  Quiero divertirme contigo, ¿quieres hacerlo tú conmigo?

- Convénceme…