sábado, 29 de agosto de 2015

Monólogo imposible


Me dices que me quieres, qué bonito suena.  Quería que me lo dijeras tantas veces y por fin lo dices sin importar el derroche de frases repetidas, tan sonoras, tan profundas; noto que lo dices desde el alma, es que desde el alma lo siento… Pero, es que todos lo comentan.  La sensación que tengo es inexplicable, me siento llena de cariño.  Y me lo sigues diciendo y lo sigues pensando.  Además quieres que esté contigo.  Te gusta lo que hago y cómo lo hago.  Me quieres abrazar y quedarte conmigo y congelar ese instante.

Un momento,… pero es que también te gustan mis errores y lo dices abiertamente.  Aceptas mis errores y a la vez reconoces los tuyos y vuelves a decirme que me quieres.  Que me quieres con mis enfados y mis torpezas, que me quieres con esas mañas que nadie entiende, que me quieres cuando protesto y termino haciendo lo que yo quiero. ¿Y vuelves a decirme que me quieres?

Escúchame: que yo también te quiero, sólo que aún me avergüenzo cuando me lo dices así, no esperaba que me dijeras tanto, no imaginé que sintieras tanto y no sé cómo estoy sintiendo de esta manera lo que me dices, es una energía tan profunda, tan bonita, que no necesita palabras... ¿Es que no me escuchas? No paras de decirme cuánto me quieres, cuánto me necesitas, cuánto me extrañas.  Y alabas mi vida y mis decisiones, me dices tantas cosas… ya me estoy avergonzando…

¿Sabes? Yo también he querido congelar muchos momentos, muchos abrazos, muchos instantes de miradas, de risas, de carcajadas alocadas… ¿Me estás escuchando? Parece que no.  Te empeñas en recordar cuando nos vimos la primera vez y la impresión que causé en ti.  Eso lo dijiste sólo una vez y ya lo había olvidado.  Hoy lo vuelves a decir. Vamos, dímelo de nuevo,  yo siempre recuerdo cuando te conocí y la impresión que me dejaste.  Sigue, quiero escuchar tu versión una vez más… Creo que no me escuchas.  Insistes en recordarlo todo mientras tus sentimientos se hacen profundos.  Lo estoy sintiendo, hay mucha sinceridad en tus palabras, que ni hacen falta.  Te entiendo y siento tu amor.  Qué bonito me haces sentir.

Pero es que hay más gente, están todos y todos me quieren. ¡Qué maravilloso sentimiento y me lo dicen de esa manera tan especial! Y es que a todos les ha dado por recordarme y casi gritarme que me quieren.  Esto es encantador, cuánta energía me transmiten.  No sé qué pasa pero es muy especial. ¿Me escuchan?.... Parece que no…

Aquí pasa algo raro.  Tú me quieres y me lo dices con esa pasión que me derrite. Pero es que hay muchos, están todos y todos me quieren. No se pongan así.  ¿Por qué están tristes? ¿Por qué lloran?  No llores, es tan lindo lo que me has dicho, tus ojos brillan de una manera mágica.  Quiero embriagarme con tus palabras, con tu voz, con tu dulzura.  Dime más, pero no llores.

Me hacen sentir tan bien, tan querida.  Es como estar en una nube….Dije en una nube.  Sí, eso dije. No entiendo, ¿por qué parecen tristes?, ¿por qué lloran mientras me quieren?  ¡Basta ya! No quiero que lloren, me ha gustado tanto sentir eso que me transmiten.  Mi alma rebosa de alegría…

¿Pero qué hacen? Vengan aquí y denme un abrazo, ése que tanto dicen que quieren darme.  Si es que yo también los quiero abrazar.  Y te quiero abrazar a ti y congelarme en tu abrazo… Pero no puedo, algo me aleja…

Esto está muy extraño.  Todos están tristes, no quiero verte así.  Me acabas de decir tantas cosas… ¿Pero es que nadie me escucha?...

Creo que aquí ha pasado algo y no me he dado cuenta.  Las voces que me quieren ya no me escuchan. De pronto todos me extrañan.  ¿Acaso no he vivido lo suficiente como para que hayan tenido tiempo de quererme y decírmelo? ¿Por qué han esperado tanto? ¿Por qué hemos esperado tanto? ¿Me escuchan?...

Me estoy yendo mientras sigo sintiendo.  Ya no estoy, ya no soy,  llegó el tiempo de mi despedida y apenas me estoy dando cuenta.  Les hablo y no me escuchan, ya no hay sonidos, mi canto tampoco se escucha. Tuvimos tanto tiempo. Ahora me voy, me tengo que ir y no los puedo abrazar.  Seguiré hablándole a los días, seguiré escribiéndole a las noches, seguiré pensándote como siempre, seguiré imaginando tu sonrisa acercándose a la mía.

…Me fui, esto es distinto, ya no estoy, ahora entiendo, es que ya no vivo como ustedes, ya no soy como tú.  Mi tiempo terminó, mi oportunidad pasó...

Me llevo tu silencio abrazado al mío, me llevo tu perfume desconocido, tu respiración imaginada acariciando mi cuello y esa oportunidad que una vez perdimos la guardaré en la cajita de mis deseos.  Quizás existirá otro tiempo en el que nuestros ojos vuelvan a verse como aquella vez, quizás tampoco comprenderemos por qué nuestros deseos se fundirán en un mismo anhelo de ser y estar, quizás volveremos a vivir para encontrar el final a esta historia que esta vez la vida no nos dejó terminar...


Porque la vida es un sueño y como un sueño se va…

1 comentario:

  1. Seguiré imaginando tu sonrisa acercándose a la mía. Lo has puesto muy fácil, no te digo que te quiero, si quiero seguir teniendo vida esperar cada semana tu narración y vista para poderlas leer. Como siempre bonita reflexión.

    ResponderEliminar

Gracias por participar con tu comentario en esta página