Me dices que
me quieres, qué bonito suena. Quería que
me lo dijeras tantas veces y por fin lo dices sin importar el derroche de
frases repetidas, tan sonoras, tan profundas; noto que lo dices desde el alma,
es que desde el alma lo siento… Pero, es que todos lo comentan. La sensación que tengo es inexplicable, me
siento llena de cariño. Y me lo sigues
diciendo y lo sigues pensando. Además
quieres que esté contigo. Te gusta lo
que hago y cómo lo hago. Me quieres
abrazar y quedarte conmigo y congelar ese instante.
Un momento,…
pero es que también te gustan mis errores y lo dices abiertamente. Aceptas mis errores y a la vez reconoces los
tuyos y vuelves a decirme que me quieres.
Que me quieres con mis enfados y mis torpezas, que me quieres con esas
mañas que nadie entiende, que me quieres cuando protesto y termino haciendo lo
que yo quiero. ¿Y vuelves a decirme que me quieres?
Escúchame: que
yo también te quiero, sólo que aún me avergüenzo cuando me lo dices así, no
esperaba que me dijeras tanto, no imaginé que sintieras tanto y no sé cómo
estoy sintiendo de esta manera lo que me dices, es una energía tan profunda,
tan bonita, que no necesita palabras... ¿Es que no me escuchas? No paras de
decirme cuánto me quieres, cuánto me necesitas, cuánto me extrañas. Y alabas mi vida y mis decisiones, me dices
tantas cosas… ya me estoy avergonzando…
¿Sabes? Yo
también he querido congelar muchos momentos, muchos abrazos, muchos instantes
de miradas, de risas, de carcajadas alocadas… ¿Me estás escuchando? Parece que
no. Te empeñas en recordar cuando nos
vimos la primera vez y la impresión que causé en ti. Eso lo dijiste sólo una vez y ya lo había
olvidado. Hoy lo vuelves a decir. Vamos,
dímelo de nuevo, yo siempre recuerdo
cuando te conocí y la impresión que me dejaste.
Sigue, quiero escuchar tu versión una vez más… Creo que no me
escuchas. Insistes en recordarlo todo
mientras tus sentimientos se hacen profundos.
Lo estoy sintiendo, hay mucha sinceridad en tus palabras, que ni hacen
falta. Te entiendo y siento tu amor. Qué bonito me haces sentir.
Pero es que
hay más gente, están todos y todos me quieren. ¡Qué maravilloso sentimiento y me
lo dicen de esa manera tan especial! Y es que a todos les ha dado por
recordarme y casi gritarme que me quieren.
Esto es encantador, cuánta energía me transmiten. No sé qué pasa pero es muy especial. ¿Me
escuchan?.... Parece que no…
Aquí pasa algo
raro. Tú me quieres y me lo dices con
esa pasión que me derrite. Pero es que hay muchos, están todos y todos me
quieren. No se pongan así. ¿Por qué
están tristes? ¿Por qué lloran? No
llores, es tan lindo lo que me has dicho, tus ojos brillan de una manera
mágica. Quiero embriagarme con tus
palabras, con tu voz, con tu dulzura.
Dime más, pero no llores.
Me hacen
sentir tan bien, tan querida. Es como
estar en una nube….Dije en una nube. Sí,
eso dije. No entiendo, ¿por qué parecen tristes?, ¿por qué lloran mientras me
quieren? ¡Basta ya! No quiero que
lloren, me ha gustado tanto sentir eso que me transmiten. Mi alma rebosa de alegría…
¿Pero qué hacen? Vengan aquí y denme
un abrazo, ése que tanto dicen que quieren darme. Si es que yo también los quiero abrazar. Y te quiero abrazar a ti y congelarme en tu
abrazo… Pero no puedo, algo me aleja…
Esto está muy extraño. Todos están tristes, no quiero verte
así. Me acabas de decir tantas cosas…
¿Pero es que nadie me escucha?...
Creo que aquí
ha pasado algo y no me he dado cuenta.
Las voces que me quieren ya no me escuchan. De pronto todos me
extrañan. ¿Acaso no he vivido lo
suficiente como para que hayan tenido tiempo de quererme y decírmelo? ¿Por qué han
esperado tanto? ¿Por qué hemos esperado tanto? ¿Me escuchan?...
Me estoy yendo
mientras sigo sintiendo. Ya no estoy, ya
no soy, llegó el tiempo de mi despedida
y apenas me estoy dando cuenta. Les
hablo y no me escuchan, ya no hay sonidos, mi canto tampoco se escucha. Tuvimos
tanto tiempo. Ahora me voy, me tengo que ir y no los puedo abrazar. Seguiré hablándole a los días, seguiré
escribiéndole a las noches, seguiré pensándote como siempre, seguiré imaginando
tu sonrisa acercándose a la mía.
…Me fui, esto
es distinto, ya no estoy, ahora entiendo, es que ya no vivo como ustedes, ya no
soy como tú. Mi tiempo terminó, mi
oportunidad pasó...
Me llevo tu silencio
abrazado al mío, me llevo tu perfume desconocido, tu respiración imaginada acariciando
mi cuello y esa oportunidad que una vez perdimos la guardaré en la cajita de
mis deseos. Quizás existirá otro tiempo
en el que nuestros ojos vuelvan a verse como aquella vez, quizás tampoco
comprenderemos por qué nuestros deseos se fundirán en un mismo anhelo de ser y
estar, quizás volveremos a vivir para encontrar el final a esta historia que
esta vez la vida no nos dejó terminar...
Porque la vida
es un sueño y como un sueño se va…
Seguiré imaginando tu sonrisa acercándose a la mía. Lo has puesto muy fácil, no te digo que te quiero, si quiero seguir teniendo vida esperar cada semana tu narración y vista para poderlas leer. Como siempre bonita reflexión.
ResponderEliminar