viernes, 25 de septiembre de 2015

Mendigos del Amor

Dos historias parecidas con finales distintos.  Dos historias que se encuentran, no por casualidad, lo casual para ellos no existe. Dos historias que se entregan con todo, sin mezquindades.  Dos historias de vida y amor que superan tempestades.

Dos historias que se abrazan en sus extremos cuando el destino por fin las cruza.  Dos historias que comparten de una parte la entrega, de la otra, el merecer. Amores mendigos, amores prometidos y acostumbrados a escribir con lápiz, para después borrar sin dejar tachones.  Pero sin querer, acumulan cicatrices de papel, que también duelen por ese merecer que tantas veces supera la entrega.


Dos historias acostumbradas a mendigar amor, esa parte que siempre entregan al merecer que no comprende, se desvanece en el desprecio, se amarga aun siendo tan dulce.

Dos lugares, dos momentos, que se abrazan sin querer, que se miran y encuentran lo que no sabían que andaban buscando.  Sus corazones gritaban ahogados mientras sus ganas se apagaban reprimidas, entregadas, desesperadas en el silencio de canciones que se quedaban muy adentro.

Dos historias que un día tropezaron, que sin darse cuenta se cruzaron, se sintieron, se atrajeron, iniciaron una historia nueva cargada de preguntas, de sueños que parecen torpes jugadas de la mente que busca una ubicación en el espacio de la vida. Ausencia de cuidados que hizo mella en sus corazones ya aburridos de cantar melodías solitarias, de bailar al son de una música desafinada, de gritar auxilio en lo profundo de un mar oscuro y sin salida.

Hoy cantan melodías de vida y sentimiento, y todavía incrédulos se preguntan si lo que sucede es lo que toca, si es lo que ha de pasar, si los momentos llegan porque se suceden uno tras otro y simplemente es el turno de dar el paso que marque comienzos y delimite los finales que existen porque han de existir.

Mañana será otro día, ya no saben a dónde se dirigen sus historias, sólo saben que las cosas van pasando, que los ángeles de vez en cuando se quedan dormidos y cuando despiertan siguen mimando nuevas historias, aunque sus caminos sean torcidos y algo haya cambiado durante el sueño inesperado de los querubines vigilantes del destino.

Nadie sabe qué pasó, todos observan invadiendo el ambiente de preguntas.  Las historias siguen su rutina, se enganchan a perfumes serenos y chispeantes y al final, la vida sigue, cada quien se va a dormir, las historias juegan para no sentarse aburridas a lamentarse por ser mendigas de lo que no encuentran. Total, de tanto mendigar se cruzan los destinos en un derroche de emociones aguantadas por brazos invisibles. Y al fin se sueltan y se encuentran, explotan de tanta alegría, se acaban los sueños, es que la vida ha entrado en ellos y ya no son sueños, es la realidad imaginada que ya no mendiga el amor que ahora ya encuentran.


Un abrazo cierra el telón de la historia de esos amores mendigos que ya no sueñan, ahora viven en un sueño porque esa es su vida.  Imaginación regalada al merecer de ambos de tanto amar a escondidas, de tanto quererse en sueños.

4 comentarios:

  1. el amor es algo que se gana nunca debes mendigar amor pierdes tiempo tu dignidad

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  2. El amor siempre es bien recibido y no importa de donde viene y como viene.

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    1. Lo bonito es imaginarlo y describirlo, tal como dices,da igual de dónde y cómo.

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  3. Es cierto, pero aunque no nos guste, existe,incluso más de lo que podamos imaginar

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