Es más que ver, más que escuchar, más que
palpar. Es más que olfatear o
saborear. Es mucho más que sentir. Es pasión, es respirar vida, es tragarse los
deseos y disfrutarlos, es untarlos en la piel y repartirlos en abrazos, con la
certeza de que todo es más, que no hay quietud ni hay dueños, que somos
pasajeros explorando nuestro propio cuerpo, nuestro más íntimo sentir,
compartiendo misterios y sentimientos.
Descubriendo… siempre descubriendo…
No es dormir, son los sueños; ni es el
camino, son los pasos…
No es la voz, son las palabras; ni es la
boca, es la sonrisa…
No son los ojos, es la mirada; ni es la
lágrima, es el sentimiento…
No son los brazos, es el abrazo; ni son las manos,
es la caricia…
No es la flor, es su belleza; ni es el
jardín, es su armonía…
No son las copas, es el brindis; ni son las
velas, es la luz…
No es el amanecer, es quien roba el primer
pensamiento…
No es el café ni su aroma, es el momento…
No es la luna, es quien la mira; ni son las
alas, es quien vuela…
No es el mar ni su espuma, es el placer de
bañarse en él…
No es seguir los instintos, es perseguir los
sueños; ni es pensar, es desear…
No es el viaje, es el reencuentro…
No es hacer el amor, es compartirlo…
No es querer, es amar; ni es prestar, es
entregar…
No es la saliva o la miel, es el sabor de
unos labios…
No es el beso, es quien lo da...
No eres tú ni soy yo, somos nosotros…
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