Fue
tan rápido que aún no puedo entender cómo pensé tantas cosas. Estaba allí y
todo transcurría normal. Un simple
movimiento lo cambiaría todo. Yacer en
el suelo, golpeada y desnuda, mojada, sin conocimiento, no es precisamente el
momento que había esperado. Era de noche y estaba sola. Fue un instante, pero
pensé tantas cosas mientras caía. Imaginé una ambulancia y yo desnuda, alguien
reanimándome y mis cabellos destrozados. Un golpe en la cabeza puede acabar con
todo, es que somos tan frágiles, somos nada.
Quise llorar y no pude, quise gritar y mi voz estaba guardada. ¿Era verdad o era mentira? ¿Acaso no ven que
estoy desnuda? No se lo digan a mi madre, ella cree que estoy bien. ¡Sáquenme
de aquí, pero tápenme un poco! Que no soy nada: un trapo húmedo y desnudo, un
nido de cabellos enredados y mojados. Nadie
sabe quién soy, sólo ven que estoy mojada, tirada, como un trapo viejo. Por fin el agua fría me sacó de aquel delirio,
mientras caía sobre mi cuerpo tumbado y desnudo. Estaba en la ducha y un resbalón no anunciado
se burlaba de mí. Seguía viva, mojada y
desnuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar con tu comentario en esta página