- ¿Qué escribes?
- El final de una historia.
- ¿Todas las historias tienen finales?
- No siempre, pero hay que escribirlo.
Sin finales no vuelven a haber principios.
- ¿Por qué escribes?
- Para no humedecer el llanto. Las
palabras también son llanto, pero son un llanto seco.
- ¿Y por qué hay llanto en tus palabras?
- Hay llanto de alegría y también de tristeza.
- Pero dicen que las lágrimas limpian. ¿No es más fácil llorar?
- A veces no. Es que las lágrimas no explican.
- Pero las palabras no sólo explican, a veces hieren.
- También lo hace el silencio, a veces es tan rompedor. Yo prefiero las
palabras, el silencio desgarra.
- El silencio también se escribe, ¿o no?
- ¿Y si llenamos pentagramas de lágrimas y silencios?
- ¡No seas cruel!, llénalos de notas, llénalos de palabras.
- ¿Son tuyas todas esas lágrimas?
- A veces son tan ajenas como las palabras.
Muchas las recojo por ahí, mientras camino. La gente las va dejando.
- ¿No crees que las palabras se desvanecen, se desgastan de tanto usarlas,
de tanto leerlas?
- Al contrario, se fortalecen, se llenan de energía. Por eso hay que usarlas con cuidado.
- Y tú, ¿cómo las usas?
- Intento no desperdiciarlas, son muy valiosas.
- ¿Quién las desperdicia?
- Quien las desconecta del corazón.
Las lágrimas suelen decir lo que el corazón calla, los silencios suelen
reprimir al corazón que late y las palabras lo pueden engañar. Cuando las lágrimas se desbordan, delatan al
silencio y a la palabra.
- Pero tú juegas con las palabras.
- Las reparto en las páginas de un libro que no es de nadie y es de todos.
- ¿Alguna vez has robado palabras?
- Siempre, pero las he regresado. Ninguna me pertenece.
- ¿Y qué más has robado?
- Eso te lo cuento otro día.
- O sea, ¡que has robado!
- Ahora mismo robo tu tiempo, antes de que otro te lo quite. Es parte de mi
colección.
- ¡Coleccionas tiempo!
- Ya lo ves. Hago cosas raras.
- Y tu historia, ¿ya tiene un final?
- Tú me llevaste a él. Lo acabas de
encontrar. Ahora hay que comenzar una nueva
historia. Recuerda que sin finales no
vuelven a haber principios y esta historia ya llegó a su final.
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