sábado, 11 de abril de 2015

Como respuesta una flor

Simplicidad y belleza, perfección y simetría, en una sola expresión. Magia de la naturaleza, adorno de los paisajes, refugio de los secretos. Aroma, color, suavidad, como un suspiro de añoranza, como un beso que se entrega suave. 
Símbolo de un adiós que no quiere irse. Cómplice de una mirada que dice: quédate, no te vayas. Tan perfecta su forma como su color. Color que dice: te quiero, que susurra un te espero, que canta y dice: me tienes. Ternura que pide un perdón.
Capaz de encontrar una sonrisa en la tristeza, de curar heridas del alma y hasta del cuerpo. 

Robar una flor a una planta y ella dará mil flores más.
Regalar esa flor a un amor y dará mil amores más. 

Y por cada flor que se marchita, cuando entrega su vida a cambio de una sonrisa, de un encuentro, de un renacer ante un lamento, de paz y serenidad, de un agradecer enamorado, o de un anhelado perdón…, habrá valido la pena un marchitar de entrega, por una razón que desprende amor, que regala vida, que multiplica ilusión.
Para qué inventar palabras, para qué imaginar un cómo, para qué pensar maneras, o momentos, si una flor tiene todas las preguntas y también sabe todas las respuestas, y hasta sus pétalos han servido de cuenta atrás a los enamorados que con picardía aspiran quedarse con un me quiere, al final de los pétalos caídos.
Dulce manera de pedir un beso, de perfumar un encuentro, de sugerir un abrazo.
Y si al preguntar por una palabra intensa y con fuerza, la respuesta es una flor, es porque la respuesta esconde la sensibilidad de unos pétalos dispuestos en armonía perfecta, la suavidad de una textura que se rinde a la más tierna caricia, el deseo profundo de regalarse infinitamente a un amor que como flor se abre en primavera.
Una sonrisa en cada pétalo que se descubre para gritar al mundo:
…que la belleza es plena si se acompaña de una flor,
…que la amistad se hace profunda cuando nace en jardines llenos de flores,
…que las manos se acompañan mejor si comparten ramilletes de hermosos colores,
…que las despedidas huelen a reencuentros cuando enredaderas llenas de flores decoran el telón de fondo,
…que los amores se hacen eternos cuando caminan sobre alfombras de hermosas flores, que acarician las pisadas de los amantes y endulzan con su néctar la pasión que ya no puede ocultarse.

Una flor, un racimo de delicados pétalos que albergan abrazados el delicado aroma de la piel que se derrite en una entrega, el intenso color del sentimiento convertido en pasión, el brillo inigualable de las miradas enlazadas entre perfumados pistilos, la suavidad de una caricia que se desliza entre las manos.  Manos que se extienden generosas para regalar en un abrazo el más tierno de los besos, que como el polen se endulza con la miel y alimenta el corazón del amor que nace, florece y se engalana como en fiesta de frondosa primavera.      

1 comentario:

  1. Al leer la narración ha sido tan agradable, como el aspirar la fragancia de las flores. A la hora de elegir escoge un camino con flores porque te será más cautivante. Como siempre bonita reflexión.

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