Llovía de nuevo y ella, como
siempre, dejaba su perfume en el aire mientras caminaba, pero esta vez eran las
gotas las que se perfumaban. Se cubría
con su paraguas mientras seguía a paso lento, temerosa de caerse. Y es que otra vez era viernes.
La lluvia caía despacio, pero los
días avanzaban atroces, esta vez con lluvia, sin sol, pero de nuevo un
viernes. Iba sola, en medio de una
ciudad confusa y atestada de ruido y movimiento. Muchísima gente esquivando los surcos de
agua, refugiándose en los toldos que de vez en cuando cubren las aceras,
aliviando su viernes en una taza de café humeante. Los barrenderos con sus escobas esperando que
escampe mientras observan las hojas caídas confundirse entre los riachuelos que
acarician los bordes de las aceras.
Quizás el agua les ayuda a arrastrar la suciedad del camino, quizás es
porque es viernes y la velocidad se apropia hasta de sus escobas, que sin ser
mágicas, mitigan el dolor de una ciudad que luce despeinada tras el trajinar de
sus días, de su gente, de su tiempo desesperado.
De viernes en viernes se le pasa
la vida y otra vez no hizo lo que quería.
Aplazó ese encuentro, no pudo ir al cine, se le olvidó su último plan,
salió a caminar y de repente era viernes otra vez. Y de nuevo llovía. Su mirada
aletargada se perdía entre las gotas de otro viernes lluvioso y atestado de
soledad.
Se aferró a su paraguas para
llegar antes de que acabe el día, antes de que muera el viernes. Volvió a caer en cuenta del día que la
perseguía y se miró en el espejo. Nuevas
canas, piel corroída, manos agrietadas, ganas espesas y soñolientas… y el
viernes atormentando su tiempo. No habían escobas capaces de limpiar su rostro
lleno de tantos viernes, sus surcos no eran como los de las aceras, cada
viernes había dejado su huella en su piel, áspera e intraficable.
Demasiados viernes en el compás
de su tiempo. Mientras todos se ven
contentos y celebran lo que ella no entiende.
¿Cómo lo celebran si es que están llenos de viernes? Y cada viernes la
deja sin tiempo. Sale de su
ensimismamiento y grita al momento que la persigue que pare, que no quiere
verlo, que le dé una tregua, que necesita tiempo, que los viernes llegan muy
pronto…
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